el pekeño LO
Érase una vez un lugar donde el ESFUERZO DE TODOS en la VIDA sustentaba un planeta llamado TIERRA.
En este lugar habitaban millones y millones, y más millones, de PERSONAS, y de papeles de colores.
Cada día, esas PERSONAS trabajaban de sol a sol en busca de los papeles de colores, estos, eran unos papeles extraños… diferentes, hechos de una forma poco natural.
Era ”curioso” como las PERSONAS habiendo aprendido a realizar las cosas un poco mejor cada vez, todavía no habían aprendido a compartirlo todo, y seguían peleando entre ellos por conseguir más papeles de esa extraña procedencia.
Existían unas fábricas donde esos extraños papeles, acompañados por unas minúsculas monedas, se producían para ser esparcidos por todas partes; pero por más que se fabricaban nunca eran suficientes para alcanzar a todas las PERSONAS.
Los que fabricaban los papeles estaban todo el día de sol a sol discutiendo entre ellos, sin ponerse de acuerdo para formar 1 EQUIPO en el que desarrollar EL JUEGO DEL EQUILIBRIO DEL PLANETA.
Habían alcanzado en algunos lugares la situación de que unos pocos papeles se repartían siempre entre sus muchos habitantes, con lo que apenas tenían ninguno; y en otros lugares, 2 mitades estaban tratando de imponerse a la otra parte, siendo ambas partes muy semejantes pero con intereses partidistas opuestos.
La situación parecía ser inamovible, y sobre todo, pequeños grupos estaban quedando fuera en participación del juego, y esto iba en contra de la DEMOCRACIA.
DEMOCRACIA era una palabra que decía que TODO DEBÍA DE SER PARA TODOS, PORQUE DE TODOS SALÍA EL QUE TUVIERAMOS DE TODO; EN FUNCIÓN DEL ESFUERZO REALIZADO Y SUDADO CADA DÍA, DE LO APRENDIDO PARA MEJORAR LAS COSAS, Y DE LO REALIZADO PARA LOS DEMÁS; OBTENIENDO ASÍ COMO RECOMPENSA EL TENER ALGO MÁS QUE OFRECER A AQUELLOS QUE POR CULPA DEL PASADO NO TENÍAN LO QUE SE MERECÍAN A DÍA DE HOY.
Entonces, un día, las PERSONAS MÁS PEKEÑAS DEL PLANETA comenzaron a descubrir que de seguir así nunca iba a solucionarse EL PROBLEMA DEL EQUILIBRIO PLANETARIO, y que eso significaría que no habría un PROCESO NATURAL PARA PODER VIVIR EN ÉL.
Vieron que esos extraños papeles destruían LA NATURALEZA, y que esta estaba indefensa ante ellos. ¿Qué raro? Si LA NATURALEZA es quien nos sustenta y donde vivos. ¿CÓMO ES QUE LAS PERSONAS MEDIANTE ESOS PAPELES LA HACÍAN TANTO DAÑO?
Observaron que cada vez había más riesgo en sus vidas ante un CAMBIO CLIMÁTICO. LA NATURALEZA se había enfadado, y había decidido que por el mal comportamiento de las PERSONAS MAYORES les iba a expulsar de su lecho, porque no la habían cuidado como ella había cuidado de ellos.
Ante esta situación, las personas más pekeñas, confusas por el peligro, y a la vez por la necesidad de esos papeles extraños que actuaban sin control por el planeta, se marcharon en busca de las personas mayores que los fabricaban y repartían para ofrecerles ayuda.
Se acercaban fechas señaladas de BIEN PARA TODOS (navidad, nuevo año…) y esto les inspiró confianza. Sin pensar, quedaron para marchar todos juntos a las fábricas de los papeles extraños.
En cada lugar del planeta, en cada rincón, las pekeñas personas se agruparon para iniciar su marcha. No eran tantos como los millones y millones de personas mayores, pero sí unos pekeños millones que tenían una Buena Idea en sus Mentes, y comenzaron su aventura.
Al encontrarse en cada sitio para ponerse en marcha hacia las fábricas se dieron cuenta de que todos eran diferentes.
¡Huy! Todos eran semejantes en aspecto, sólo había pequeñas diferencias divertidas en rasgos y tonos de piel; pero a su vez, todos eran distintos, porque cada uno, y cada una, contaban aventuras propias y diferentes. Esto les gustó mucho porque así sería muy bonito amenizarse y escucharse entre ellos mientras andaban en su viaje, en busca de las personas mayores de las fábricas de los extraños papeles.
Era muy bonito contar sus experiencias, cantaban y bailaban de mil formas diferentes mientras avanzaban hacia su destino, todo les parecía estupendo, excepto una cosa…
De repente, mientras avanzaban caminando contentos y alegres, aunque a la vez algo preocupados y tristes, encontraron 2 papeles extraños tirados en el suelo.
- ¡Mira! ¡2 papeles extraños!
Todos corrieron para verlos… (misteriosamente, esto pasó en todos los lugares donde las pekeñas personas comenzaron su camino hacia las fábricas de las personas mayores).
Perdidos en el suelo, ahí estaban los 2 papeles extraños, y los recogieron para llevarlos a las fábricas y averiguar sobre ellos. Todo parecía ir bien, sin embargo, algo extraño pasó en el viaje en el momento de encontrar los papeles.
Todas las pekeñas personas eran muy curiosas, y comenzaron a pasarse los extraños papeles de unos a otros, de otras a unas, y en ese momento ocurrió algo misterioso…
Había algo, algo misterioso que no habían observado al principio en los papeles extraños de colores. Una fina luz los bordeaba. Una luz intensa, en 1 papel era blanca, y en el otro 1 papel era negra.
¿Qué sería esa extraña luz?
Nunca antes se habían dado cuenta de ese matiz al recoger los papeles extraños del suelo. Bueno, no era de extrañar, tampoco nunca antes habían tenido ocasión de ver los papeles extraños tan de cerca, estos los tenían las personas mayores.
Sin embargo, durante su viaje, las pekeñas personas habían hablado de los extraños papeles, y todos compartieron su conocimiento sobre ellos.
Unos sabían más, otros sabían menos. Algunos ¡habían tenido su propio papel extraño un día!, pero pronto se esfumó (al parecer no duraban mucho); y otros jamás habían visto ninguno, tan solo conocían las pequeñas monedas que les acompañaban.
Lo extraño y misterioso era que a medida que todos iban tocando los papeles extraños encontrados, esa fina luz comenzó a bordear sus cuerpos. Ellos se sentían bien, pero ahora tenían un perfil diferente. Sus pequeños cuerpos se vieron bordeados por luz blanca, y por una luz negra, semejantes a las de los papeles encontrados. Las pekeñas personas parecían ser las mismas, pero ahora una extraña sensación les invadía al ver que sus bordes eran distintos, y esto les hizo pensar.
- ¿Qué serían esas extrañas luces?
Algo pensativos, pero conscientes de su misión tan importante, continuaron su camino portando los 2 papeles extraños, mientras veían como sus perfiles iban tomando ese matiz de luz blanca o negra.
Por fin, a lo lejos, se comenzaron a divisar las grandes fábricas. Allí estaban. Parecían fortalezas inexpugnables.
- ¿Cómo harían para adentrarse en las fábricas?
Al llegar frente a la puerta de la fábrica no vieron a nadie, tan sólo una pequeña grieta muy fina, y una puerta tan grande, que ni todos juntos empujando podrían abrirla. No obstante, comenzaron a agruparse para intentar moverla…
Las pequeñas personas, de todas partes, empujaron y empujaron, y nada… las puertas no se abrían… lo único que pasaba era que esa fina luz que les envolvía se hacía más intensa, en un@s luz blanca y en otr@s luz negra.
La sensación de luces les dejó perplejos.
- ¿Qué estaba ocurriendo?
Se habían puesto en marcha para ENCONTRAR EL EQUILIBRIO, para descubrir y compartir que había un problema, y ahora no podían avanzar más. Se pusieron muy tristes cuando de repente una voz dijo.
- ¿Y sí metemos los 2 papeles extraños por la grieta?
Algo temerosos y sorprendidos de escuchar aquella voz; nadie supo de dónde salió; pero conformes con la idea que les había dado se dispusieron a introducir los 2 papeles extraños.
- ¡Espera! ¿Cuál vais a meter primero? – Preguntó la voz de repente.
Las pequeñas personas se miraron extrañadas otra vez, se vieron en blanco y en negro, igual que los 2 papeles extraños que así se habían tornado, todo era blanco y negro.
Los que de blanco estaban dijeron, primero el blanco; los que de negro estaban dijeron, primero el negro.
- Algo me dice que si se introducen mal los 2 papeles extraños la puerta no se abrirá jamás. – Susurró la voz mientras parecía que esta se desvanecía en el aire.
Sin pensar, en un instante, tanto en blanco, como en negro, las pequeñas personas se dijeron: - Pues metamos los 2 a la vez, los 2 juntos, dado que así todos entraremos primero, bueno, todos mejor entraremos en el mismo momento.
Temblorosos, junto a la grieta de la puerta de la fábrica, el portador del papel negro se acercó, y la portadora del papel blanco hizo lo mismo. Con cuidado, a la vez, juntaron los papeles por los bordes y los introdujeron juntos por la grieta.
EL DESTINO SE HABÍA DECIDIDO FRENTE A LA PUERTA…
Y la puerta se abrió. Habían acertado, habían elegido lo correcto, su instinto más sencillo les había llevado a discernir como crear la llave de la puerta.
Lentamente, las 2 partes del portón se separaron, y encontraron ante sí una estancia dividida en 2 mitades.
Una mitad blanca y otra negra; y entre ell@s y estas 2 salas, un abismo profundo de 2 metros que les separaban para poder alcanzarlas y llegar a ellas.
- ¡Ohhh! Exclamaron tod@s. ¿Y ahora qué hacemos? Somos muy pekeños, no podemos saltar tanto, y además ¿hacia dónde vamos?
Estaban cansados, y la intensidad de las luces se hacía más y más fuerte, los luz blanca se sentían cada vez más alegres y contentos, pero muy cansados…; y los luz negra se sentían tristes y enfadados, pero muy fuertes…
Algo extraño se estaba apoderando de ellos.
Los luz negra empezaron a discutir entre ellos, se sentían vacíos y fuertes, cada vez más fuertes, y eso les impulsaba a ser más que los otros.
Los luz blanca se sentían plenos y se acurrucaban en el suelo adormecidos junto a los demás.
- ¡Rápido! ¡Se acaba el Tiempo! – Les dijo la voz que surgió de nuevo en un sobre saltó. ¡Tenéis que hacer algo! Habéis llegado hasta aquí, ¿qué vais a hacer ahora?
Al escuchar la voz se dieron cuenta de que blancos y negros, negros y blancos estaban agrupados unos frente a la estancia blanca, y otros frente a la negra. Los blancos dormitaban frente a la estancia blanca, y los negros vigorosos frente a la estancia negra.
- ¡Yo puedo saltar! – Dijo un pequeño luz negra. Me siento muy fuerte y ágil, seguro que llego al otro lado.
Todos los luces negras comenzaron a alentarse entre ellos.
- ¡Sí! Estamos muy fuertes, podemos hacerlo sin problema. ¡Vamos a ello!
Se disponían a comenzar sus saltos cuando la voz les dijo:
- ¿Y los otros?
- ¿Qué otros? – Dijo un luz negra.
- Los que ahora dormitan sin poder moverse. Miradles, están ahí postrados en el suelo. Envueltos en un ensueño … - y la voz se desvaneció en el aire nuevamente.
Otra luz negra dijo:
– Sí, ya los veo, no se mueven, no hacen nada. Que se queden ahí. No pasará nada, que descansen, nosotros seguiremos para llegar a lo que vinimos.
La idea les parecía correcta a todas las pekeñas luces negras, excepto a 2 de ellas.
- ¡Mirad! – Dijo una pequeña luz negra. ¡Está temblando!
La pequeña, una de las más bebés del camino había estado mirando a un luz blanca que dormitaba.
- ¡Sí!, es cierto – Otro pequeño luz negra vio lo mismo en una luz blanca que dormía temblorosa.
Los fuertes luces negras observaron inquietos… y surgieron sus dudas.
- ¿Y qué hacemos? ¿hacia dónde saltamos? ¿a la estancia blanca o a la estancia negra?
La muchacha luz negra convencida de que podía saltar desde el principio le respondió.
- Siempre nos han dicho que la luz clara es la más adecuada. Yo saltará hacia ella.
Sin pensar, tomo carrerilla y dio un salto con todas sus fuerzas. Tod@s la miraron. Los segundos del salto se volvieron muy largos, se veía como volaba y se lanzaba en picado hacia la estancia blanca.
- ¡Ohhh!
Todos los luz negra quedaron sorprendidos, volaba 2 metros y llegaba a la estancia blanca, donde como si de una muralla se tratara le alcanzaba una luz blanca intensa que la rebotó hacia atrás haciéndola caer en el abismo que había en medio.
- ¡Ohhh!
Horrorizados, los luces negras vieron como la muchacha caía sin poder hacer nada por ella.
El miedo se apoderó de ellos.
- ¡Se ha equivocado! Yo probaré hacia la estancia negra. – Dijo otro luz negra.
Tomó carrerilla, y de un salto se lanzó hacia la estancia negra. Al elevarse con todas sus ganas llegó a alcanzar la estancia y esta le succionó desapareciendo en su interior.
- ¡Ohhh! - Se dijeron todos. ¡Ha llegado! ¡Hurra! Ha encontrado el camino, sigámosle.
Y uno tras otro, los luces negras saltaron a la estancia negra. Todos, menos los 2 luces negras que seguían contemplando a los dormidos luces blancas que estaban postrados a su lado.
- Yo no creo que pueda saltar tanto. – Le dijo la pekeña bebé a su compañero luz negra.
- Yo creo que sí llego, pero no quiero dejarlos solos. – Le respondió el muchacho.
- ¿Y qué hacemos entonces? – Le preguntó la bebé.
- Tratemos de despertarles, a ver si así nos ayudan – Le resolvió su compañero.
Comenzaron a tocar los rostros de los luces blancas que tanto les habían llamado la atención durante el viaje.
La pequeña luz negra acarició a el grandote luz blanca que había jugado con ella durante todos los días del viaje, y de repente, los ojos del luz blanca se abrieron.
Al mirarse, ambos sonrieron y el luz blanca le dijo: Yo te llevo.
- ¿Cómo? – Le dijo extrañada.
- Ayúdame a levantarme. – Y te llevaré hacia el otro lado.
Y dicho esto, se tomaron de la mano, y una luz blanca intensa los envolvió a todos y fueron elevados hacia la estancia blanca. En esta ocasión sí que pudieron adentrarse en ella.
Al alcanzar la estancia blanca, se posaron sobre ella y miraron hacia atrás. Observaron como todos los luces blancas se elevaban tras de ellos y se ponían en pie rumbo a la misma estancia.
Una vez allí, siguieron todos juntos caminando.
- ¿Y ahora qué hacemos? – Se dijeron mirándose. ¿Nos hemos quedado sin los papeles extraños y aquí parece que no hay nadie?.
Unidos, siguieron avanzando por la estancia hasta llegar a un lugar donde la luz que les guiaba dejó de ser blanca y se volvió transparente.
Frente a ell@s, una muralla cristalina de agua se interpuso en su camino.
Estaban enajenados, cansados, pero el hecho de poder jugar con el agua les pareció divertido y avanzaron hacia ella.
Corrieron hacia la gran catarata, y al bañarse en ella, se despertaron en el nuevo planeta que habían descubierto; LA NUEVA TIERRA.
Era un lugar donde casi todo era como en el principio de los tiempos, pero donde todo había permanecido de una forma muy distinta gracias a la sabiduría aplicada de una forma más humana, respetando LA NATURALEZA, y todo dispuesto para VIVIR JUNTOS SEGÚN ESTA VALÍA.
¿Y qué fue de los luces negras? Nunca más se supo. Sus caminos no volvieron a encontrarse nunca, aunque cada noche, mirando las estrellas, los transparentes pekeños que habitaban el NUEVO MUNDO, anhelaban que algún día pudieran reencontrarse con ellos en aquel lugar al que llamaron LO.
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1 comentario:
Concuerdo contigo que es necesario un cambio urgentemente, es lamentable que estemos contemplando como mueven el mundo a su antojo cuatro personas y los demás permanecemos de brazos cruzados, parece que a las personas no les interesa ver la realidad, o sea , el camino que lleva esto si antes no se para, posiblemente acabemos con todo antes de lo previsto, es una pena que nadie haga nada por evitar el final y en cambio defenderían a muerte si les dijesen que se quedaban sin Internet, Así de injusta es la vida y las personas que no valoran la vida como tal.
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